Arte
Colonial en Bolivia
Escultura
Puerta de la Basílica de la Virgen
de Copacabana tallada por Tito Yupanqui.
En Bolivia
se conservan pocas imágenes del siglo XVI. De
hacía 1570, es la magnífica Virgen de la
Candelaria de la Catedral de La Paz.
El escultor
más conocido es Tito Yupanqui, autor de
la Virgen de
Copacabana. Yupanqui nació en Copacabana en
el siglo XVI. Viviendo
en Potosí, estudió la obra del escultor Diego Ortiz y
luego comenzó a tallar Vírgenes de madera como la Virgen de la
Candelaria. De retorno en Copacabana, Yupanqui perfecciona su
tallado retratando a la Virgen de Copacabana con material usado (maguey) y una
técnica que entroncó la tradición indígena con la escultura española de la
época. Después de Yupanqui, se destacan seguidores como Sebastián Acostopa y
contemporáneos como Andrés y Gómez Hernández Galván, autor de
los retablos de La Merced de Sucre y de Ancoraime. Su estilo
tanto en lo arquitectónico, como en la parte de escultura muestra el renacimiento en su
plenitud y el manierismo introducido
por Bernardo Bitti.
Con la
llegada del realismo de Sevilla llegan
obras como la de Juan Martínez
Montañes, quien es autor de la Pequeña Inmaculada de
una vara que se halla en La Catedral de Oruro, y Gaspar de la Cueva cuyas
obras son referenciadas por el historiador Arzanz y Orzua y Vela,
destacándose la efigie Cristo Crucificado des Burgos que hizo
Cueva para la iglesia de San Agustín de Potosí. Algo más
distante de Montañes, es Luis de
Peralta que firma un Cristo crucificado que se halla hoy
en el Asilo de Ancianos de Potosí.
La
influencia cuzqueña penetra en el Alto Perú con
las obras del cuzqueño Julián, quien hacia 1650 envía
una Virgen de la
Candelaria que hoy se ve en la Parroquia de San Martín de
Potosí. Las tendencias de Sevilla y
de Cuzco se ven en la obra del escultor
indio Diego
Quispe Curo, quien en 1657 firma
un Cristo atado a la Columna que se halla actualmente en la iglesia de La
Recoleta de Sucre.
En este periodo
surgen los edificios religiosos (iglesias, conventos), civiles (cabildos,
palacios, viviendas) e industriales (ingenios, cecas). Muchas edificaciones
fueron hechas en piedra y se conservan hasta la actualidad. Los templos
construidos en los siglos XVI y XVII tuvieron en general un estilo renacentista.
En el siglo XVIII se implantó el estilo barroco, caracterizado por la abundancia de adornos en forma
de espiral o caracol, el uso de la línea curva y la inclusión de elementos
mitológicos (sirenas, atlantes) en la decoración. Este estilo fue el origen del barroco
mestizo, en el cual se conjuncionaron principios barrocos con elementos
nativos. La Iglesia de San Lorenzo de Potosí conjuga cariátides convertidas en indígenas, sirenas tocando charango por ejemplo. Otras obras del barroco mestizo son la
Iglesia de Santo Domingo y la Basílica de San Francisco en La Paz; y las iglesias de
las Misiones Jesuíticas.
Bibliografía
consultada: